TECNOLOGÍA VERDEEn los últimos tiempos, la concienciación sobre el medio ambiente parece que ha cobrado importancia, no sólo a nivel individual, sino también para las empresas. El movimiento verde", que tuvo su origen en los años 60, se ha convertido últimamente en un tema de gran relevancia. EDS propone ocho formas para reducir el impacto medioambiental de la informática durante el 2008. Virtualizar los servidores. La primera opción es cambiar de la idea de una aplicación un servidor" que tienen muchas empresas. La virtualización de los servidores permite que múltiples aplicaciones operen de forma segura con el mismo servidor físico. Apagar los servidores que no se usen. Lo mejor para ahorrar energía es no utilizarla.
Servidores y discos duros deberían estar encendidos sólo cuando son necesarios, de forma que éstos puedan conectarse directamente en cuanto que un incremento de la demanda lo requiera. Utilizar técnicas de ahorro de energía. La tercera opción es emplear las técnicas de ahorro de energía aplicadas hoy en día a los ordenadores portátiles. Cuando la demanda lo permita, las organizaciones deberían programar los servidores para que funcionen a una velocidad inferior a la normal, con la consiguiente reducción en el consumo de energía. Optimizar las aplicaciones. Un software ineficiente o que produce poco valor de negocio debería ser reducido, optimizado o eliminado. Mantenimiento riguroso. El quinto requisito no sólo es fundamental, sino también fácilmente alcanzable. Los gestores de los centros de datos pueden mejorar la eficiencia de sus capacidades mediante un riguroso mantenimiento que asegure que todos los equipamientos están operando al máximo de su eficiencia. Cambiar hacia CPUs Mult. Núcleo. Gracias a sus requerimientos de voltaje inferior, las nuevas CPUs Mult.-núcleo funcionan con mayor eficiencia. Prestar atención a las operaciones de las infraestructuras. Cuando una empresa se fija en el coste total de propiedad y los costes de electricidad exceden el coste de compra de un servidor, la ecuación se inclina a favor de una mayor eficiencia y rigor, algo tan positivo para el medio ambiente como para las cuentas de la empresa. Invertir en ser verde.
El mundo verá una explosión de tecnologías de la información que se irán desarrollando según nos movamos a un régimen de menor consumo energético en edificios nuevos y antiguos en los próximos años. Las ventajas de consumir menos electricidad reducen los costes estructurales y el carbono en la atmósfera, lo que es bueno para el negocio y para el planeta.
En los últimos tiempos, la concienciación sobre el medio ambiente parece que ha cobrado importancia, no sólo a nivel individual, sino también para las empresas. El movimiento verde", que tuvo su origen en los años 60, se ha convertido últimamente en un tema de gran relevancia. EDS propone ocho formas para reducir el impacto medioambiental de la informática durante el 2008. Virtualizar los servidores. La primera opción es cambiar de la idea de una aplicación un servidor" que tienen muchas empresas. La virtualización de los servidores permite que múltiples aplicaciones operen de forma segura con el mismo servidor físico. Apagar los servidores que no se usen. Lo mejor para ahorrar energía es no utilizarla. Servidores y discos duros deberían estar encendidos sólo cuando son necesarios, de forma que éstos puedan conectarse directamente en cuanto que un incremento de la demanda lo requiera. Utilizar técnicas de ahorro de energía.
La tercera opción es emplear las técnicas de ahorro de energía aplicadas hoy en día a los ordenadores portátiles. Cuando la demanda lo permita, las organizaciones deberían programar los servidores para que funcionen a una velocidad inferior a la normal, con la consiguiente reducción en el consumo de energía. Optimizar las aplicaciones. Un software ineficiente o que produce poco valor de negocio debería ser reducido, optimizado o eliminado. Mantenimiento riguroso. El quinto requisito no sólo es fundamental, sino también fácilmente alcanzable. Los gestores de los centros de datos pueden mejorar la eficiencia de sus capacidades mediante un riguroso mantenimiento que asegure que todos los equipamientos están operando al máximo de su eficiencia. Cambiar hacia CPUs multi núcleo. Gracias a sus requerimientos de voltaje inferior, las nuevas CPUs multi-núcleo funcionan con mayor eficiencia. Prestar atención a las operaciones de las infraestructuras. Cuando una empresa se fija en el coste total de propiedad y los costes de electricidad exceden el coste de compra de un servidor, la ecuación se inclina a favor de una mayor eficiencia y rigor, algo tan positivo para el medio ambiente como para las cuentas de la empresa. Inviertir en ser verde. El mundo verá una explosión de tecnologías de la información que se irán desarrollando según nos movamos a un régimen de menor consumo energético en edificios nuevos y antiguos en los próximos años. Las ventajas de consumir menos electricidad reducen los costes estructurales y el carbono en la atmósfera, lo que es bueno para el negocio y para el planeta.
GREEN IT: POR UNA TECNOLOGÍA VERDE 
El calentamiento global o la escasez de energía y su alto coste se encuentran entre las principales preocupaciones de nuestro tiempo. Esta inquietud también se refleja en la industria de las TIC, que pretende adoptar una estrategia común ante esta situación. El concepto Green IT reúne todas las tendencias encaminadas a definir, propagar e incentivar la eficiencia energética en la tecnología, reduciendo con ello su impacto medioambiental y logrando a la vez un necesario ahorro de costes.
La preocupación del sector TIC por el consumo energético y las consecuencias medioambientales que su actividad genera no ha sido tan temprana como hubiera sido deseable. La industria, sujeta a un entorno de creciente competencia, ha perseguido el desarrollo de productos y servicios de alta calidad, fiables y con el menor coste inicial posible. Aspectos relacionados con la eficiencia energética de los sistemas no han sido considerados prioritarios, pero el ininterrumpido avance de las redes de trabajo o el aumento de la digitalización de contenidos y de la capacidad de procesamiento, entre otras actividades, han provocado una demanda de infraestructuras y sistemas de información cada vez más potentes y, en consecuencia, una demanda energética cada vez mayor. No obstante, son comunes actualmente los estudios y medidas que alertan acerca de la situación generada. La consultora Gartner estima que, durante 2008, el 48% del presupuesto de tecnología se destinará al pago del consumo eléctrico. Otro estudio de las universidades de Berkeley y Stanford señala que en cinco años, de 2000 a 2005, se ha doblado el parqué de servidores (de 14,1 a 27,3 millones) y más que duplicado la factura eléctrica (de 1.300 a 2.700 millones de dólares). El problema del ahorro energético es crucial para todas las empresas. Según The Economist, los nuevos gigantes tecnológicos, del tipo de Microsoft o Google, pueden ser comparados con las fundiciones de aluminio por la cantidad de energía que necesitan. Los centros de proceso de datos (CPD) consumieron en 2005, según la consultora McKinsey, el 1% de la electricidad mundial y desde entonces dicho consumo ha continuado creciendo a un fuerte ritmo.
El 59% de la energía consumida en un CPD se destina al funcionamiento de las máquinas, mientras que el resto se reparte principalmente en la climatización de la sala, la iluminación y los sistemas de alimentación. El precio de los servidores es diez veces más bajo que en 1998, pero el gasto en electricidad y climatización se ha multiplicado por ocho.Otro factor importante tiene que ver con el número de máquinas o servidores que realmente son necesarias para desempeñar una tarea y el aprovechamiento efectivo que se hace de ellos en los CPDs. La Agencia Norteamericana para la Protección del Medio Ambiente (APE) estima que sólo entre el 5% y el 15% de los recursos disponibles en los CPD están totalmente ocupados. La virtualización permite la maximización de la utilización de estos recursos con ratios desde 4:1 hasta 10:1, reduciendo el espacio físico necesario y el número de componentes y, con ello, disminuyendo la temperatura y la energía necesaria para la climatización y funcionamiento.
Además de perseguir la máxima eficiencia energética, Green IT implica otros aspectos como la reducción de los componentes nocivos empleados en la fabricación de productos tecnológicos y la biodegradabilidad o reciclabilidad de los mismos, recogiendo o reutilizando las maquinas obsoletas y fomentando políticas de reciclaje en las empresas.
Intel, un ejemplo de tecnología 'verde'Desde hace 40 años los empleados y los productos de la firma son amigables con el ambiente; en los últimos siete años, Intel invirtió 20 mdd en proyectos de conservación de energía.
CIUDAD DE MÉXICO (CNNExpansión.com) — Para muchas empresas la conciencia ecológica es una moda o una obligación, pero para Intel es una forma de vida. Por los pasillos de la tecnológica se contagia la filosofía ‘verde’, desde los empleados que en su mayoría manejan autos híbridos o de menor cilindraje, hasta sus microprocesadores que son eficientes en el consumo de energía.
Desde su creación hace 40 años, la firma líder en fabricación de microprocesadores, siempre ha trabajado bajo el concepto de tecnología sustentable.
“En nuestra planta de Nuevo México, el agua que usamos para los microprocesadores, se devuelve al mundo mucho más limpia de como la recibimos en un principio”, explica Jorge Gómez, gerente de Desarrollo de Negocios y Servicios Financieros de Intel México.
Los primero procesadores que lanzó Intel a principios de la década de los 80 ya manejaban sistemas para el ahorro de energía.
En enero de 2008 Intel anunció que compraría más de 1,300,000 kilowatts/hora por año de certificados de energía renovables (RECs) como parte de un enfoque multifacético para reducir su impacto en el ambiente. Esta acción lo convirtió en el mayor comprador corporativo de energía verde en Estados Unidos, de acuerdo con la Agencia de Protección del Ambiente, EPA por sus siglas en inglés.
El objetivo de la firma con la adquisición de energía renovable, es estimular al mercado para que utilice energía verde. La compra que hizo de RECs es equivalente a retirar más de 185,000 autos de las calles cada año o el equivalente para abastecer de electricidad a 130,000 hogares promedio en EU.
Intel promueve la eficiencia de energía con sus socios. Con Dell, por ejemplo, colaboran en el diseño de nuevos modelos para que tengan sistemas de enfriamiento y de baterías que duran hasta 19 horas, todo sin interferir en el desempeño del dispositivo.
A pesar de la crisis económica, Intel no pierde la visión ‘verde’ que lo caracteriza. Desde su concepción, los procesadores son pensados para utilizar menos metales y ser más limpios tanto en la manufactura de los mismos, como en su operación.
La firma confía en que la conciencia ecológica se está contagiando y las empresas entienden que el tener un impacto en su negocio, necesariamente va a conllevar a un efecto en el medio ambiente, explica Gómez.
En los últimos siete años, Intel invirtió más de 20 millones de dólares en cerca de 250 proyectos de conservación de energía que contribuyeron a ahorrar la energía suficiente para alimentar 50,000 hogares de los Estados Unidos.
Televisores orgánicos, portátiles fabricados con bioplásticos o móviles cargados al sol - La electrónica de consumo se vuelca en aparatos y mercadotecnia ecológica - Más de 150 empresas tecnológicas se han unido bajo el lema "Compra verde, ahorra verde"
Móviles y portátiles cargándose al sol. Baterías hechas con glucosa. Televisores planos inteligentes que ahorran el 50% de consumo. Inversiones millonarias en desarrollo e investigación verde. Es la transformación de una industria que mueve más de 110.000 millones de euros al año en todo el mundo. La próxima gran apuesta de la electrónica de consumo: la tecnología ecológica.
Dos de cada tres españoles aceptan pagar más por aparatos ecológicos
Móviles y portátiles cargándose al sol. Baterías hechas con glucosa. Televisores planos inteligentes que ahorran el 50% de consumo. Inversiones millonarias en desarrollo e investigación verde. Es la transformación de una industria que mueve más de 110.000 millones de euros al año en todo el mundo. La próxima gran apuesta de la electrónica de consumo: la tecnología ecológica.
La pasada feria del
CES en Las Vegas fue una muestra de lo que viene. Desde los transistores alimentados por energía motriz de la británica Freeplay Energy hasta las baterías de hidrógeno de la empresa norteamericana Millennium Cell, pasando por portátiles construidos con bioplásticos derivados del maíz de la marca japonesa Fujitsu.
El CeBIT de Hannover cogió también el testigo. Será la puesta de largo en Europa de Climate Savers, la iniciativa de ahorro energético promovida por HP, Google, Lenovo y Dell entre otras. Más de 150 compañías tecnológicas de todo el mundo ya se han unido a la causa. Su lema: Compra verde, ahorra verde.
Reciclaje obligatorio¿Por qué tanto furor por la tecnología ecológica? La industria de la electrónica de consumo se la juega a dos bandas. Por un lado, cada vez más leyes en la Unión Europea, Estados Unidos y Asia exigen a los fabricantes que respeten el medio ambiente. La UE es la más estricta. La directiva de Residuos de Aparatos Eléctricos y Electrónicos y la de Restricción de Sustancias Peligrosas (
WEEE y RoHS)
en sus siglas en inglés, respectivamente), entre otras, obligan a reciclar aparatos y eliminar decenas de productos contaminantes en el proceso de producción, con riesgo de sufrir multas millonarias y sanciones en caso de incumplimiento.
Por otro lado, el respecto al medio ambiente ha creado un jugoso mercado virgen y una gran oportunidad para la mercadotecnia. La consultora Forrester Research explica que el 12% de los consumidores en Estados Unidos (25 millones de personas) estaría dispuesto a pagar algo más por tecnología que consuma menos energía o por marcas respetuosas con el medio ambiente.
Aun así, Christopher Mines, vicepresidente de Forrester, cree que los esfuerzos ecológicos de los fabricantes de electrónica de consumo están siendo de momento muy generales. "No se dirigen al segmento específico de consumidores preocupados por la ecología, y este segmento seguirá creciendo". El estudio apunta a compradores de marcas como Apple o HP como los más receptivos a pagar por productos ecológicos.
Televisores OLED

El ahorro energético, además de los materiales y el reciclaje, es una de las variables clave que preocupa a la industria. En televisores, la nueva generación de pantallas orgánicas
OLED consume hasta el 40% menos de energía comparada con las actuales LCD. Sony ya ha estrenado en Japón su primer modelo comercial, que no llegará a Europa hasta finales de 2009.
Andrés Román, director de planificación de Sony España, afirma: "A igual tamaño de pantalla, cada año se reduce el 5% de la cantidad de energía consumida por un televisor. Las pantallas LCD siempre están encendidas; para conseguir colores oscuros simplemente se tapa la luz. Con las OLED, los diodos de luz sólo se encienden cuando se necesita"

Aprovechando el tirón medioambiental, Toshiba acaba de lanzar en Japón el móvil 921T, el primero con pantalla OLED. En PC y portátiles, los modelos de empresa de bajo consumo comienzan a atraer al consumidor. HP Compaq presentó recientemente los DC5800 y DC7800, con discos de estado sólido SSD que hacen al equipo el 85% más eficiente en el consumo de energía.
IMAGENES DE LOS DISTINTOS DISEÑOS DE LA TECNOLOGIA DE JAPON EN CELULARES.
Lenovo lanzó su apuesta ecológica con el ThinkCentre A61e, construido al 90% con materiales reciclables y la posibilidad de cargar la batería a través de un panel solar. Y Dell habla de su línea OptiPlex 755 como la más eficiente del mercado en consumo de energía, el 80% menos que otros modelos del mercado. ThinkCentre A61e

Sin embargo, de momento, en EE UU y Europa los portátiles de bajo coste y consumo no acaban de convencer. A expensas de avances tecnológicos, mayor eficiencia energética y materiales ecológicos, suelen implicar peores funcionalidades. Es el caso del gPC verde de la americana Everex, a la venta en Estados Unidos por 199 dólares. Basado en Linux, su CPU consume sólo una media de 2 vatios. Sin embargo, su escaso procesador de 1,5 GHz, 512 MB de memoria RAM y tosco diseño ha generado opiniones encontradas. La revista Wired asegura que es una "ganga para usuarios con necesidades básicas". La revista PC Magazine lo describe como "el típico regalo de Navidad que uno devuelve en enero".
La duda sobre la disponibilidad de los consumidores a pagar por tecnología ecológica está más abierta que nunca. Según la consultora tecnológica británica Canalys, el 55% de los consumidores europeos estarían dispuestos a pagar hasta el 10% más por aparatos fabricados de forma respetuosa con el medioambiente.España parece ser es el país más concienciado. "Más de dos tercios de consumidores españoles están dispuestos a pagar por electrónica verde, en
comparación con el 55% en Italia o el 40% en Reino Unido" asegura Pete Cunningham, analista de Canalys.
Pero decirlo no es lo mismo que hacerlo en la práctica. Daniela Pérez, directora de mercadotecnia de Sony España, cree que los consumidores españoles aún no están preparados. "No les explicamos los beneficios de un producto ecológico, sólo les decimos por qué se oye mejor o por qué se ve mejor. Si el consumidor no se entera de las ventajas de la electrónica ecológica es difícil que la compre".
Escepticismo técnico
Desde la patronal de empresas españolas de electrónica y comunicaciones (ASIMELEC), la visión es igualmente escéptica. Su director general, José Pérez, asegura que hay mayor conciencia medioambiental, "pero de ahí a que el componente ecológico ocupe el primer lugar en la decisión de compra, queda un buen trecho por recorrer".
Tal vez el mejor ejemplo sea la última joya de Apple, el Macbook Air. A pesar de ser uno de los productos más ecológicos de la compañía, ha recibido duras críticas por sus limitadas funcionalidades. ¿Lo verde? Carcasa de aluminio que facilita el reciclaje, ausencia de materiales contaminantes como bromo, PVC, mercurio y arsénico, y el 56% menos de volumen que reduce los desechos de embalaje. ¿Las críticas? Exiguo procesador de 1,6 GHz, poco espacio de almacenamiento, un solo puerto USB y, sobre todo, un precio base de 1.649 euros.